Los sentidos cobran vida y devoran todo a su paso dejándome indefensa ante la mirada de los otros.
El cansancio me vence, las sombras se acomodan en un viaje de psicodelia y terror mientras que la conciencia salta al vacío.
Jugar a querer, desear lo equívoco y darme cuenta que las horas se pierden en el viento.
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