Las horas de un sueño ausente se vuelven parte de mí, lo real se torna difuso y un extraño aquelarre incendia mis sentidos.
Nudo verbal que asfixia, las palabras pesan en el pecho y viejas historias cobran vida en el mundo del espejo.
Equilibrio forzado, sonreírle al mundo para que todo se vista de gris normalidad y procurar que la locura siga dormida dentro de un cajón
Piso resbaloso, la humedad del cuerpo se proyecta en las paredes y mis manos intentan en vano acariciar tu sombra, pero tu risa resuena en el aire y los miedos vuelven a vestirme de desaprobación.
Caja de resonancia, un pequeño pájaro de madera y la certeza de que algunos finales conviene dejarlos abiertos...
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