Hay un reloj que se mueve lentamente en un antiguo y polvoriento corredor. Las ventanas invadidas por una espesa hiedra no deja ver mas alla...
El gran salon, testigo de bailes olvidados, bosteza del aburrimiento...pequeños pasos que se acercan, corren a mi alrededor y vuelven a desaparecer en el aire.
Alguien canta, una gran puerta de madera cede, se abre, una intensa luz invade el lugar...alguien grita y mis manos se tiñen de rojo...
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